domingo, 17 de agosto de 2008

Donde Santiago… …me comí un verano y me gane un invierno

La cantidad de sensaciones que rozan un regreso a casa… ahora tengo tanto por contar que no se por donde empezar. Una historia que comienza ha escribirse entre bicicleta, elotes, tamales, pozole…………..tianguis……. una actuación totalmente existencialista en el teatro de la ciudad en Aguascalientes y una celebración religiosa acompañada de un desfile interminablemente ruidoso protagonizado por camiones de carga dando vueltas por toda; en verdad TODA la ciudad. Un regreso acompañado de incertidumbre y mucho verano. Los ojos de la gente buscando en mi mirada las historias vividas. Mi cuerpo totalmente cambiado (esas marraquetas chilenas y esas galletas kuky realmente se notan en mi cuerpo). Total tanto de todo y mi mente aun dividida no en dos, si no en miles de hilos.

Le debo a mi memoria virtual tantas historias de estos seis meses, tantas fotos no tomadas, tantas personas y sentimientos no nombrados pero difícilmente borrables de la verdadera memoria. Y como muchas de las cosas a las que les ponemos nombre en este mundo, Santiago se despide pasito a pasito de mi percepción y se concluye con las palabras aquí robadas de un Santiaguino que escribió algo que me hizo recordarme caminando por la capital del Tío Chile.

Curiosamente Dostoyevski nació el 11 de noviembre (el mismo día que yo) pero del año 1821, solo 165 años de diferencia. Muy poco eh leído sobre este personaje pero cualquiera que asimile a Dostoyevski caminando así por las calles de Santiago, simplemente demuestra que primero que todo. El era un ser humano:

Habría observado con detención a las personas salir humeantes de la boca del Metro. Habría atravesado estupefacto a la Moneda bajo la lluvia. Pensativo, le habría comprado una sopaipilla a un perro hambriento cerca del Santa Lucia. Habría cruzado alegremente calles inundadas con niños corriendo a su lado. Le habría levantado el puño a los agresivos e invasores automóviles. Habría probado el mejor navegado en La Piojera con unos amigos. Habría llorado y reído, sentado en un banco, mirando la gente, esperando la micro, entumido. Y habría esperado la nieve, en vano. A Fidor Dostoyevski le habría gustado Santiago en invierno.

Ernesto Guzmán Santiaguino de La Florida
Ganador del concurso Santiago en 100palabras versión 2006


La cosa es que a mi no me habría gustado Santiago en invierno. Pues yo me enamore de Santiago y su invierno, la gran diferencia es que no fue una sopaipilla pero si fue un completo para ese can hermoso negro que me encontré después del conciertito de Café tacuba.


Gracias sur!



Pd. Ahora me voy por Sofía, nos debemos el inicio de nuevas platicas acá en México, la Sofi, uno de mis auto conocimientos en Chile, las cosas del intercambio a veces te hacen intercambiarte con la cercanía menos pensada……Salud!!!!!!!!!!!


No hay comentarios: