Hoy iba caminando por
En fin caminando y caminando lo logre. Encontré mi mentado papel impreso con su portada tan exquisita como pocas que logro retener por mucho tiempo en mi cabeza. Lo compre y complacida, seguí caminado un poco más. Cuando de repente leí un lustrado y brilloso letrero
“Una buena presentación comienza por el calzado” inmediatamente volteo a ver mis tan ya conocidas (por amigos y desconocidos) botas. Agache mi cabeza, como si el letrero fuera una madre señalando con su dedo índice en tono imperativo a un hijo. Un hijo, mal portado, claro. Agache a mi cabeza, mire de reojo y cabizbaja, al señor lustrador dueño de ese pequeño puesto ambulante, donde ayudan a la gente a seguir el objetivo de la buena presentación que empieza por los pieseses. En fin aunque estoy segura que no me vio alucine que si. Alucine que me vio las botas y vio el pecado contra la buena presentación que pregonaba su letrero. “Lola Maldita la hora en que tus botas te hicieron perder el buen estilo” seguramente eso fue lo que pensó já.
Fum… en ese momento comenzó la escena de la huida, el letrero palpitaba en mi cabeza y ya riéndome un poco logre salir del cuadro. Ya fuera de escena, seguí caminando y comencé a pensar en mi calzado…. Desde que tengo memoria odio comprar calzado. Lo que pasa con el calzado que ha acompañado mi vida es que siempre alguien me lo regala. Al principio veo medio feo al susodicho par y al último término creando un vínculo muy fuerte con esos zapatos. Recuerdo, unos botines con los que dure 8 años. Hasta que un día mi mama me dijo que los zapatos ya estaban cansados. Mas que por mis pies, mucho menos por mi presentación, los deje, lo hice por los zapatos; de repente me sentí abusiva y los deje aun lado.. Aunque deshacerme de ellos igual me costo trabajo, duraron en mi closet años.
Total siempre era un suplicio comprar calzado Hasta que un día descubrí las botas. Creo que toda el entera aferración viene desde mi infancia cuando estaba enamorada de AstroBoy, si.............. un día dije, algún día tendré unos zapatos como los de el, (unas botas rojas que mas que zapatos parecían cilindros)
Pero bueno.
Las botas eran cómodas, me hacían caerme menos, en invierno eran calientitas y en verano con falda eran divertidas. Para mi son el mejor calzado para andar en bici y mas aun si son botas vaqueras. Las botas me hacen poner bien los pies en el piso pero al mismo tiempo me hacen imaginar todo un mundo diferente ahí abajo.
El problema es que así como me hacen pasar un buen momento en el campo alucino que las mismas botas me harán pasar un buen momento en una cosa mas formal. Así que no se asuste usted si algún día me ve llegar con las mismas botas de campo al evento del año. En realidad así es!!! Mis botas son buenas para la bici, para correr, para dar patadas a los hermanos y sobre todo para echar el baile. Y durante algo, menos deportivo o inquieto se mantienen ahí bien portadas sin hacer escándalo alguno.
1 comentario:
A mi se e hacen bien presentadas tus botas.
en serio.
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