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Solíamos caminar sin banquetas, solíamos no cuestionar los domingos, solíamos amar a medias, solíamos hablar con una poesía retórica de todo lo que no soy, odio ser y amaría serlo. Es difícil quitar los espejos en las habitaciones, pintar los muros, colgar los afiches, sacar el lado imperfecto que siempre se mostró supuestamente anónimo. Hace un año se me ocurrió que el contexto podía cambiar temporalmente los ánimos. Hoy hace un año me doy cuenta de que el contexto no puede contra los paradigmas y prejuicios de tantas noches luna y good morning vida con sabor a avena. Hoy todavía igual que ayer me re tumba el corazón de alegría y me re integro bajo un nombre, una historia que definitivamente no le movería ni una entrada o salida. Nosotros la causalidad de la historia y viceversa. Son las cinco y el sol en tonos mates como mas gusta. Ella ahí con sus caminatas por la calle, pintando sus domingos, escapando de los nombres, buscando no estar solo. Escribiendo las mismas cosas que ayer, ahora. Sacudiendo las sabanas, tiñéndolas de blanco, mirándose al espejo. Cambiando la música del ipod. Estamos y todos los días volvemos del viaje sin nombrarnos. Feliz 24 de febrero!!